En el mundo de los estudios por imágenes, dos técnicas suelen generar dudas entre los pacientes: la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC). Ambas son herramientas esenciales para evaluar distintas patologías, pero no funcionan igual ni sirven para lo mismo. Entender estas diferencias no solo ayuda a reducir la ansiedad del paciente, sino que también permite aprovechar al máximo cada estudio según las indicaciones del médico.

Elegir el estudio adecuado es fundamental. Una resonancia magnética puede mostrar detalles que una tomografía no capta, y viceversa. Cada técnica tiene sus propias ventajas, limitaciones y aplicaciones clínicas, por lo que no existe una “mejor” universal, sino la más adecuada para cada caso.

¿Qué es la Resonancia Magnética (RM)?

La resonancia magnética es un estudio por imágenes que utiliza campos magnéticos y ondas de radiofrecuencia para generar cortes detallados del interior del cuerpo. A diferencia de la tomografía, no emplea rayos X, lo que la hace ideal para evaluar con seguridad muchas patologías, incluso en pacientes que requieren estudios frecuentes.

El principio de funcionamiento es simple: la máquina genera un campo magnético que interactúa con los protones del cuerpo, creando señales que se transforman en imágenes de alta definición. Estas imágenes permiten ver desde huesos y músculos hasta órganos internos y tejidos blandos con una gran riqueza de detalles.

Resonancia con o sin contraste

En algunos casos, se utiliza un contraste que ayuda a diferenciar mejor ciertas estructuras, como inflamaciones, tumores, infecciones o alteraciones vasculares. El médico evalúa cuándo es necesario y en qué dosis aplicarlo.

Principales usos médicos de la resonancia magnética

La RM es especialmente útil para evaluar tejidos blandos, es decir, estructuras que no siempre se ven bien en otros estudios:

  • Lesiones en ligamentos, tendones y cartílagos.

  • Patologías del sistema nervioso, como hernias de disco o esclerosis múltiple.

  • Alteraciones en órganos internos como hígado, riñones o útero.

  • Evaluación de inflamaciones, infecciones o masas sospechosas.

¿Qué es la Tomografía Computarizada (TC)?

La tomografía computarizada, también conocida como TC o TAC, es otro método avanzado de diagnóstico por imágenes. A diferencia de la resonancia, utiliza rayos X combinados con software especializado que reconstruye imágenes transversales del cuerpo.

La principal ventaja de la tomografía es su velocidad. Es ideal en situaciones donde se necesita actuar rápido, como accidentes, traumatismos o hemorragias internas. En cuestión de segundos, se obtiene una imagen completa de la zona a evaluar.

Cuando elegir entre Resonancia Magnética y Tomografía

Tipos de tomografía

Existen varios tipos de TC según la complejidad del estudio:

  • Tomografía simple: se realiza sin contraste y sirve para detectar lesiones óseas, fracturas o sangrados.

  • Tomografía con contraste: se utiliza un material de contraste para visualizar mejor órganos, vasos sanguíneos y tumores.

  • Tomografía multidetector: ofrece cortes más finos y detallados, permitiendo una reconstrucción 3D de la zona estudiada.

Principales usos médicos de la tomografía

La TC es ideal para estudiar estructuras óseas y detectar lesiones graves de manera rápida. Entre sus usos más frecuentes:

  • Evaluar fracturas complejas y traumatismos.

  • Detectar hemorragias internas o coágulos.

  • Examinar pulmones, abdomen y pelvis.

  • Identificar cálculos renales, lesiones hepáticas o masas abdominales.

Principales diferencias entre resonancia magnética y tomografía

Aunque ambas técnicas se utilizan para obtener imágenes internas del cuerpo, las diferencias son importantes y determinan cuándo se prefiere una sobre la otra.

En primer lugar, la radiación: la resonancia magnética no utiliza rayos X, mientras que la tomografía sí. Esto la convierte en una opción más segura para pacientes que requieren múltiples estudios o para embarazadas, siempre bajo indicación médica.

La calidad de imagen también cambia según el objetivo. La RM permite ver con mayor detalle los tejidos blandos: tendones, ligamentos, músculos, nervios y órganos internos. En cambio, la TC ofrece una visualización superior de huesos, pulmones y estructuras densas. Por eso, en traumatismos óseos graves suele preferirse la tomografía, mientras que en lesiones ligamentarias o inflamatorias es mejor la resonancia.

Otra diferencia clave es la duración y preparación del paciente. La TC es mucho más rápida, en general dura entre 5 y 15 minutos. La RM puede tomar entre 20 y 50 minutos y, en algunos casos, requiere contraste o permanecer completamente inmóvil, algo que puede resultar incómodo para ciertos pacientes.

Por último, hay que considerar costos y disponibilidad. La tomografía suele ser más accesible y está ampliamente disponible en hospitales y clínicas, mientras que la resonancia requiere equipos más complejos y puede implicar tiempos de espera mayores.

Cuándo elegir resonancia magnética o tomografía

La elección entre una RM y una TC depende del motivo de consulta y de la zona a evaluar. Por ejemplo, para estudiar lesiones musculoesqueléticas como roturas de ligamentos, tendinitis o problemas en cartílagos, la resonancia suele ser la técnica de referencia. En cambio, si se sospecha una fractura compleja o un traumatismo severo, la tomografía es más rápida y eficaz.

En casos de lesiones cerebrales, la tomografía se utiliza en situaciones de urgencia, como golpes fuertes o sospechas de hemorragias. Sin embargo, para evaluar enfermedades neurológicas más sutiles, como la esclerosis múltiple o ciertas alteraciones funcionales, la resonancia ofrece mayor nivel de detalle.

En el área cardíaca y abdominal, la elección también depende del objetivo. La resonancia cardíaca, por ejemplo, permite analizar el flujo sanguíneo y el estado del músculo cardíaco, mientras que la tomografía es ideal para detectar placas de calcio, aneurismas o lesiones arteriales.

Por eso, la recomendación final siempre la hace el especialista. Cada paciente es único y cada patología requiere un abordaje distinto.

Conclusión 

La resonancia magnética y la tomografía computarizada son dos herramientas distintas que se complementan según el caso clínico. No existe un estudio “mejor” en términos absolutos: la elección depende de qué necesita evaluar el médico y cuál es tu situación particular.

Si tu especialista te recomendó realizar alguno de estos estudios, en Genea, Imágenes y Centro Médico contamos con la tecnología y los profesionales especializados en diagnóstico por imágenes. Agendá tu turno y realizá tu resonancia magnética o tomografía con la tranquilidad de estar en manos expertas.

Dr. Enrico Casco (MN 134625), médico especialista en diagnóstico por imágenes, Director Médico de Genea Imágenes y Centro Médico y médico de planta del Servicio de Tomografía Computada del Hospital Enrique Tornú. Realizó su especialización en el Hospital Militar Central y actualmente se encuentra cursando la Maestría en Gestión de la Salud de la Universidad de San Andrés.
Enrico Casco
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